Hace tiempo, navegando por internet encontré las puertas para el Ratoncito Pérez. Pequeñas puertas que se colocaban en casa con la intención de que cuando a alguno de los pequeños de la casa se les cayera un diente, el Ratoncito Pérez tuviera una puerta por la que poder entrar para recoger su diente y dejar un pequeño regalo.
Les enseñé algunas de ellos a los pequeños de casa (7 y 4 años) y les hizo mucha ilusión tener una en casa para facilitarle la labor de entrada al Ratoncito Pérez.
Han pasado unas semanas desde que se les comentó lo de la puerta pero de vez en cuando me lo recodaban así que este fin de semana lo hemos dedicado a trabajar para el Sr. Pérez.
En casa, hemos empezado hace poco a dejar bajo la almohada los dientes para el Ratoncito Pérez así que desde que se comenzó la tarea los dos pequeños han estado muy ilusionados con el proyecto. Tanto es así, que le han hecho una pequeña planta para decorar y estaban más que nerviosos deseando que estuviera terminada para colocarla junto a la puerta (alguno ya estaba incluso pensando en llamar a la puerta para ver si el Ratoncito Pérez se asomaba).
En principio, la idea era sólo realizar la puerta y una pequeña escalera que salvara el zócalo y así facilitar la tarea de subida y bajada a tan pequeño señor pero después de darle algunas vueltas pensamos que mejor una escalera en condiciones, no fuese a ser que al llevar cosas en las pequeñas patitas tuviera problemas para bajar y acabase tropezando (...y no queremos que se lastime y no pueda visitar a más niños).
Tras unas horas de trabajo intenso realizados muy a gusto este fue el resultado (Pilar me decía que estaba como un niño pequeño con un juguete nuevo y la verdad es que es uno de los proyectos que más me ha gustado realizar). Y a los pequeños de la casa, ni qué contar.
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